sábado, 28 de marzo de 2009



LO QUE HAY QUE SABER¿Las lamparas fluorescentes compactas, las de bajo consumo, tienen mercurio? Sí. Y eso, ¿es grave? No. Depende de cómo las construyan, cómo las utilicemos y qué haremos con los residuos. Efectivamente su principio de funcionamiento incluye una micro gota de mercurio. Una porción menor a la que contienen las pilas, los termómetros o la amalgama dental.
“El menor consumo de energía se traduce en un menor deterioro del medio ambiente”, dice
un estudio de la facultad de ingeniería de la Universidad de Buenos Aires. Otro estudio del INTA arroja conclusiones similares.Las centrales eléctricas, las refinerías de petróleo o el desarrollo de yacimientos de carbón reducirían sus emisiones si se consume menor cantidad de energía. Los combustibles fósiles que se utilizan para generar electricidad emiten diferentes contaminantes además del mercurio: dióxido de azufre, óxido de nitrógeno, dióxido de carbono. Provocan lluvia ácida y el calentamiento global.
Las lámparas bajo consumo son fundamentales en cualquier proceso que quiera lograr eficiencia. Se puede ahorrar hasta un 70 por ciento de energía en iluminaciónY además, como son lámparas que no generan calor, producen una economía indirecta en refrigeración.
El reemplazo de un número significativo de lámparas produce efectos notables en la red de distribución. Entre otras cosas, alivia el trabajo de los transformadores que suelen explotar por la demanda excesiva.
Varias discusiones se han desatado frente al necesario recambio de las viejas lamparitas de iluminación. Creo que lo más importante es concentrarnos en saber elegir a la hora de comprar o exigirle al gobierno que las que vaya a distribuir sean de la mejor calidad.
¿Qué necesitamos saber?
Las lamparitas de bajo consumo funcionan como los tubos fluorescentes. Solo que son más pequeñas, y contienen 100 veces menos mercurio.
Una buena lámpara está hecha con menos mercurio y resiste hasta 5 veces más el encendido y apagado. Tienen que durar entre 5 mil y 12 mil horas
Tienen igual o mayor luminosidad que las incandescentes. En este sentido se puede elegir entre las frías (tono azulado) o cálidas (de color amarillo) más parecidas a las comunes.
No conviene ponerlas en el baño sólo porque se gastan más rápido, ya que tienen una cantidad de encendidos y apagados determinados.
Cuestan 15 pesos, la mitad de una incandescente teniendo en cuenta el valor de la lámpara, más la electricidad que consumen. Hay que comprar las de marca. Son todas de procedencia china, pero si no son de una marca reconocida no hay garantía de durabilidad, ni se conoce la cantidad de mercurio utilizado en la fabricación.
¿Cuánto mercurio tienen? Una porción muy pequeña. La industria de la luminotecnia redujo notablemente el uso de mercurio en los últimos 20 años.
Durante la fase de uso las lámparas no representan ningún impacto ambiental negativo.Es positivo en términos de consumo de energía.
¿Qué pasa cuando la lámpara se transforma en residuo por el paso del tiempo o ante una rotura ocasional? Es necesario una gestión adecuada del residuo. En Argentina hay pocas empresas que traten los residuos de lámparas fluorescentes según el registro que opera en la Secretaría de Ambiente. Las plantas no son caras y podría implementarse en pocos meses una red que reciba esos desechos. Hay dos formas de hacerlo. Reciclar sus materiales y devolverlos al ciclo vital o almacenarlos en recipientes de acero, hierro, plástico o vidrio o porcelana. Requieren un tratamiento similar al de las pilas.Tomando como ejemplo la Unión Europea o el Brasil, ellos crearon un programa para recolectar el residuo en forma diferenciada, tratarlo y recuperar el polvo de fósforo y el mercurio y reciclarlo.
¿Dónde las tiro? Al tacho de la basura. Por ahora es mejor la dispersión que la concentración. Los rellenos sanitarios como el CEAMSE podrían albergar transitoriamente los residuos.
¿QUÉ HAY QUE TENER EN CUENTA PARA LA SUSTITUCIÓN?La calidad. Si son de mala calidad resisten unas 3 mil horas, la mitad de una buena, menos encendidos y tienen más mercurio.
Las instrucciones para su uso
La puesta en marcha de una campaña gubernamental que aclare la importancia de ahorrar energía en todas sus manifestaciones.
La gestión de los residuos. Que el Estado implemente un sistema de gestión de residuos claro, seguro y creíble. No solo para las lámparas. Hace falta una política general para los desechos que generamos.
ACERCA DEL MERCURIO Es un metal pesado, de color plateado que a temperatura ambiente es un líquido sin olor. Produce daños por inhalación, ingestión y contacto. Y vapores tóxicos cuando aumenta su temperatura. Como elemento químico el mercurio no puede ser creado ni destruido. La misma cantidad existe en el planeta desde que la Tierra fue formada. La cuestión es que durante la era industrial se incrementó notablemente su movilización y las emisiones a la atmósfera. Su uso más antiguo: para la extracción de oro y plata. Todavía se lo utiliza para hacer espejos, en los termómetros, las pilas y las lamparitas. Lo siguen usando los dentistas para amalgamas dentales. Por eso, los que saben, dicen un poco en sorna pero con razones que hay más concentración de mercurio en los cementerios que en cualquier otro lado.
NO COMPARTO“La gente no quiere lamparitas sino electricidad”, dijo Susana Andrada del Centro de Educación al Consumidor en La Nación el 8 de enero. Lo incluyo porque me calienta. Es un lindo eslogan pero la ecuación es superflua. Los consumidores no somos niñitos caprichosos que deseamos consumir a cualquier costo. Ahora sabemos que la producción desmedida de cualquier cosa atenta contra eso. Necesitamos consumir menos de todo. Desmotivar a los consumidores para que no ahorren es liviano e irresponsable. Estoy harto de la retórica. ¿El recambio de las lamparitas es una buena medida? Sí, elemental. Pongamos todo nuestro esfuerzo para que se implemente bien.

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